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El Legado del Padre Gallego: Un Camino de Fe que lo Convertirá en Mártir

  • Foto del escritor: Grisel Bethancourt
    Grisel Bethancourt
  • 9 jun
  • 3 Min. de lectura
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Primera Entrega

Hace más de medio siglo, en la noche del 9 de junio de 1971, la historia de un sacerdote colombiano quedó marcada por la violencia y la injusticia en Panamá. El Padre Jesús Héctor Gallego fue arrebatado de su hogar por militares de la Guardia Nacional, en un acto que aún hoy permanece envuelto en sombras.

Su desaparición y posterior asesinato fueron motivados por su incansable labor en defensa de los campesinos y los marginados del distrito de Santa Fe de Veraguas, desde que llegó cuatro años antes a la Diócesis de la provincia, y por su compromiso evangelizador en comunidades olvidadas y explotadas por el poder.

La comunidad, testigo de su entrega, aún recuerda su valentía como un acto de fe y resistencia.

El martirio del Padre Gallego dejó una huella profunda en la memoria colectiva. Desde la noche en que fue secuestrado, su cuerpo nunca fue hallado, y la incertidumbre se convirtió en un peso que aún persiste.

Eugenio Magallón, uno de los responsables, cumple condena, pero se niega a colaborar, dejando en la penumbra la ubicación de sus restos. La iglesia, por su parte, no ha podido cerrar ese capítulo oscuro, y la esperanza de justicia sigue viva en el corazón de quienes anhelan conocer la verdad y honrar su memoria.

A lo largo de los años, su ejemplo ha trascendido el tiempo. La iglesia en Panamá, en un acto de reconocimiento, incluyó a Gallego en una lista de testigos de la fe durante el Jubileo, elevando su figura como símbolo de sacrificio y compromiso. La comunidad religiosa ha decidido dar un paso más: solicitar su elevación como mártir, en un proceso que busca oficializar su entrega y su lucha por la justicia social y la fe.

Monseñor Audilio Aguilar, obispo de la Diócesis de Veraguas, anunció que solicitará este año oficialmente el beneplácito de los obispos de la Conferencia Episcopal Panameña (C.E.P) que da pie el inicio del proceso de declaración como mártir de la Iglesia Católica al recordado sacerdote colombiano, Jesús Héctor Gallego.

Este acto representa un reconocimiento a su vida y a su legado de resistencia.


Si desaparezco no me busquen, sigan la lucha. Héctor Gallego.

Reapertura del caso

Mientras tanto, las autoridades han reabierto el caso, impulsadas por la justicia y la memoria. El Ministerio Público busca esclarecer la desaparición, siguiendo las recomendaciones internacionales para honrar su memoria y esclarecer la verdad. La Corte ha dictado fallos que reavivan la esperanza de encontrar sus restos y de hacer justicia, en un esfuerzo por cerrar heridas abiertas por décadas de silencio y olvido.

Aunque buscan los restos en un punto inicial desde que se lo llevaron de Santa Fe, el Instituto Nacional de Agricultura en Divisa, es un área donde se situa el Ministerio Público.

Foto: Grisel Bethancourt, Santa Fe de Veraguas.
Foto: Grisel Bethancourt, Santa Fe de Veraguas.

La iglesia continúa clamando por la verdad, exigiendo justicia y el paradero de Héctor Gallego.

El silencio de los militares se ha convertido en un obstáculo cruel, dejando una herida abierta en la historia y en los corazones de quienes aún esperan respuestas.

La lucha por justicia se mantiene viva, alimentada por la fe y la memoria de un hombre que entregó su vida por los más vulnerables.

Desde hace cuatro años, con diversas voces hemos rescatado testimonios de quienes conocieron y fueron evangelizados por el Padre Gallego. Sus historias revelan un compromiso profundo, una fe activa que buscaba transformar la realidad social. La memoria de su entrega permanece intacta, como un eco que resuena en cada relato, en cada corazón que aún lleva su ejemplo como faro de esperanza y justicia.

Foto: Padre Héctor Gallego. Archivo.
Foto: Padre Héctor Gallego. Archivo.

El expárroco Patricio Hansen recuerda con reverencia que Gallego creía que el evangelio era un llamado a cambiar la sociedad. Su frase, “Si me desaparezco, no me busquen”, refleja la esencia de su misión: dejar una huella imborrable en la lucha por la justicia, más allá de su presencia física. Su legado no solo fue en palabras, sino en acciones que sembraron semillas de esperanza en comunidades oprimidas.

Aún existe un ambiente de impunidad, incongruencias en la justicia y la intermitencia de la iglesia por su búsqueda como la de otras víctimas desaparecidas de la dictadura militar entre 1968 a 1989.

En los paisajes de Santa Fe, donde las montañas parecen custodiar secretos ancestrales, permanecen los recuerdos de quienes lucharon junto a él. 


Es un reportaje basado en testimonios tomados desde hace cuatro años y actualizado en el 2025, en una investigación de la vida, obra y trabajo de fe del padre Héctor Gallego en Santa Fe de Veraguas, contenido en el Documental: "50 Misas de Cuerpo Ausente".


Escrito por Grisel Bethancourt con la colaboración especial del periodista Carlos Rodríguez.





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